Diario de un peaton

Ooooooo dilema diario de chequear el clima para saber
que vestir o mejor dicho como hacerlo, porque la ropa
deja de ser el factor social de cubrirse para
transformarse en el implemento que evita mojarse los
pies en los charcos, el paraguas puede hacerse
indispensable y la ropa blanca por más recomendaciones
del horóscopo de lucirla se torna en algo imposible……
dilema este que se incrementa con la posibilidad que a
mitad de mañana el clima se ponga cruel (como suele
hacerlo) y tal instrumento de supervivencia
climatológica se convierta vilmente en un torturador
asfixiante…
Alerta siempre alerta, ante cualquier cruce por más
derecho de semáforo que se tenga… con los conductores
apurados nunca se sabe, además porque con el fenómeno
del transporte público y el humor de sus conductores
no se tiene pronostico certero que valga, la ruta a
veces coincide con los carteles otras no, el asunto
del pasaje parece un mercado bursátil, con el agregado
de que si hay un cartel que diga “pague al subir”
tenga por seguro que después de las 10mil maromas para
hallar el monto justo (por aquello que del vuelto no
existe) se tiene un 99% de probabilidades que le
digan “al bajar” en un tono que no anuncia
precisamente el buen humor del conductor…
Ok una vez solucionado el detalle del pago, surge
irremediablemente la incógnita a despejar de ¿habrá
puesto? Lo cual dependiendo de la hora se soluciona
con un simple si y al frente o un ni de vaina o en el
peor de los casos si, en el fondo y con alto riesgo de
asalto entre una insistencia inimaginable que reza en
el fondo hay puesto y córrase (éste último por un
empeño inexplicable de transformar un autobús,
camioneta o como s ele llame en una caja de sardinas o
en una cárcel hacinada común y silvestre)… si te
sientas, el esquivar los roces corporales indeseados
es casi un deporte extremo… y si la solución es ir
parado, el defender el espacio mínimo vital te puede
hacer sentir que estas en un sistema de alta
vulnerabilidad sin control cual reality show
exhibicionista, proteger la cartera, el maletín, el
morral, el koala, la lonchera, la bolsita con
cualquier mariquera o cualquier cosa que se cargue
encima es todo un reto … hasta el eco challenger
resulta un juego de niños comparado con esto y con el
último paso de elegir la parada y de paso anunciarla
en un tiempo prudencial que varía todos los días, que
el chofer te pare bolas y no te deje a medio kilómetro
de tu destino o bueno que no clave los frenos y tengas
que ejercitar además de piernas brazos para no dar a
tener estrellado en el parabrisas o en el piso con
otros sujetos sometidos a tu misma rutina…. Esta
experiencia cabe destacar que, a veces pasa por las
variantes de ayudar a un perfecto desconocido a
encontrar su parada, escuchar conversaciones ajenas a
volumen de compartir, ligar que el celular no suene,
rezar por ser anósmico ante determinados olores,
sufrir en carne propia lo que es ser una planta en un
invernadero si esta lloviendo y todos los beneficiados
con el puesto de la ventana prefieren no mojarse a
respirar.
Coño si esto es sólo la salida que queda para el resto
del día de quienes trabajar en la calle y para el
regreso a casa???? Entre regueaton, salsa chimba,
merengues eróticos, olores de todas las comidas,
inciensos y calles en reparación, aparte de en los
zapatos se pueden encontrar historias comunes entre
seres que llenan su diario de peatón día a día….