jueves, 19 de enero de 2012

Costa Concordia

Como gente que se gastó una plata estudiando comercio marítimo y derecho marítimo, no puedo evitar hacer referencia al desastre del crucero italiano. a la final ganará la niche que habita en mi con el comentario.
El caso es que no se hundió, ergo no es un naufragio. No chocó, no se escoñetó ni ningún sinonimo, el buque de utilidad turística dedicado al transporte y esparcimiento de pasajeros, colisionó contra un objeto marino y escoró. El asunto suena horrible, pero formalmente es así.
Todo lo que se dice en las noticias me horroriza, el capitan en un acto de desfachatez e incumplimiento de sus deberes consagrados por lo menos en 3 Convenios Internacionales OMI (Organización Marítima Internacional) se ha convertido hasta en heroe para algunos.
Los cinco venezolanos que se encontraban en el crucero ya tienen unos fatales 15 minutos de fama, pero gracias a Dios están bien.
Cada historia nos brinda un intento de Titanic a nuestra generación (no hay punto de comparación entre ambas, salvo el 12 que termina la fecha de su desastre)
A la final los chismes quedan y las legalidades se pierden. El capitán es un hdp que de lo más cara e`tabla se dio a la fuga con la catirita de la cena y tuvo encima el re-cara de tablismo de llamar a ver como iba la cosa... OSEA HELLO PAPITOOOOOO, la frase de respuesta fue lo máximo!!! a la italiana y con el cazzo de por medio, me imagino que será LA frase por un buen tiempo, porque la gente que abandona la partida cuando está más fregada se merece un profundo grito:
VADA A BORDO, CAZZO!!!!
Del resto, hay que opinar al estilo vieja e`pueblo: Ahiii Dios Mio querido que cosa tan horrible, por lo menos no hay tantos muertos, ahi chica ojala y el señor que está perdido aparezca en la clínica con su muchachita. etc

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