sábado, 3 de marzo de 2012

ser profesor(a)

Hace algunos días puse en mi facebook que el día que me preguntara ¿por qué doy clases? y la respuesta no fuese: "por gusto" lo dejaría. un gentío le dio a "me gusta"

La vaina de la frase es que resultó ser profética, el día en que cambio la respuesta ha llegado.
Pase la semana avisandole a mis alumnos de este semestre que terminaría con mi obligación (irresponsable no soy) y que luego dejaría de dar clases en la Universidad.

Me da un dejo de tristeza terminar ese ciclo, honestamente me gusta dar clases y agradezco que las veces en que me vi apretada la universidad le dio un monto positivo a mi subsistencia, pero ya el gusto no está.

Les cuento que me despertaba llena de animos por ir a educar, planificaba lo que iba a dar y hasta buscaba maneras alternas para llamar la atención de los chicos y que así aprendieran algo...
lo positivo que me ha dejado esta experiencia de decirle primero a mis alumnos y luego a la administración, es que los que me importan, los chicos, reaccionaron de diversos modos, por demás interesantes, algunos ya cargan mi número telefónico con la promesa de no cambiarlo hasta que se graduen, para que me llamen si necesitan alguna ayuda. Este es el resultado de ser una profesora de puertas abiertas, como me enseñó mi mamá, el trabajo de ser profesor(a) no termina en el horario, se extiende a la vida de muchos de tus alumnos y si tus conocimientos son globales no terminarán de necesitar tu ayuda cuando terminen con tu materia.

En el camino dejo alumnos que me odiaron, dejo unos que no les importó para nada la materia que vieron conmigo, dejo otros que hasta después de graduados me llaman, dejo otros que ya rayan en la amistad de las cosas compartidas, dejo un buen grupo (y esto infla el ego) que perseguian las materias que dictaba, a través de los 10 semestres, solo para que les diera clases y así, según ellos, por lo menos aprender esa materia, dejo otros que me pedían clases particulares de algo que yo no daba pero que entendía, dejo los agradecimientos por explicarles exitosamente algo que no habían entendido en tres semestres en tan solo dos horas y, en fin dejo la docencia por un rato (se que no la podré abandonar de por vida porque la cargo en la sangre) para limpiar lo que tengo por dentro ahora y poder empezar nuevamente con el amor a enseñar renovado.

Muchos, colegas y alumnos, me han preguntado ¿Por qué? las respuesta son variopintas, a ver les podría dar varias: la administración de la universidad no entiende que pagarle 26 bolivares la hora a un profesor nivel II, es decir con postgrado y mas de 5 años dando clases no es atractivo, aunque la plata no sea lo que me mantenía en la universidad obviamente. Por otra parte está que ultimamente no me siento a gusto con la coordinación que rige la carrera en la que doy mas de 20 horas de clases divididas en 4 materias y 8 secciones ( 160 alumnos), se ha convertido en retrechera e injusta con los bandos involucrados, y eso de que el poste se mea a los perros jamás me ha resultado, la diferencia es que antes bajaba la cabeza y me lo aguantaba y ahora mi calidad de vida está por encima, el cambio del punto de vista trae automáticamente el cambio de la consecuencia. Por otra parte casí no comparto tiempo con mi esposo y en el matrimonio no es suficiente la calidad, la cantidad también es importante. Por último estoy cansada, eso pasa, uno se cansa de repetir lo mismo tantas veces y hace falta despejar la mente.

No es ético dar clases cuando literalmente prefieres no darla. No es responsable no preparar las materias, no me gusta quedarme por ayudar a otros si no me estoy ayudando a mi misma.

En fin la respuesta cambió por los momentos, así que por los momentos la profe se retira un rato a evaluar sus prioridades.

No hay comentarios:

Publicar un comentario