Escribir constantemente no es un trabajo fácil, hacerlo como pasatiempo tampoco lo es.
Desde enero andaba súper motivada y se me ocurrían mil cosas, pero cuando terminaba una casi no me gustaba entonces no la podía cargar en el blog, porque la nota del blog es que a mí me guste todo lo que quede ahí.
A ver, empecé a escribir sobre un luuuseerrrr en pinta, manera de hablar, tono de voz, comentarios imbéciles que tuve el desatino de tenerlo atrás toda la media hora que me llevó el trayecto a mi trabajo en el metro.
Pensé en contar alguna vaina graciosísima que nos pasó al Alejandro (mi esposo) y a mí y cuando la escribí lo que daba era tristeza…
Pasé por el momento de intentar contar la historia de amor-odio entre dos alumnos, pero el asunto terminó en spot de telenovela mexicana chimba.
Intenté con todas mis fuerzas contar un chisme bueniiisimooo que me contaron, pero nadaaaaaaaaa, no sale nada como yo quisiera. Todos los productos finales no me gustaron.
Se me ocurrió escribir esto y aún no se si me gusta.
Quiero un editor!!! O quiero a mi musa de regresooooooooo ya!!!
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