viernes, 4 de mayo de 2012

Caracas, una ciudad de despedidas

Al que anda pegado de internet (en especial de Twitter) sabrá ya con el título de que voy a escribir. Se trata de una especie de documental sobre eso de la fuga de cerebros o simplemente del poco de chamos que se están marchando de Venezuela para tener más seguridad y algún porcentaje mayor de oportunidad de ser y crecer en la vida sin preocuparse de un 30% de inflación promedio.

Después de leer el sin fin de críticas y burlas al video, decidí verlo; me impresionó la unión para destruirlo sin verle la esencia y sin ver la realidad de la juventud venezolana actual, totalmente sectorizada por los lugares en donde viven, los colegios y universidades en donde estudian y por las zonas en donde encuentren su punto de confort o el de sus madres.

He sido profesora de una universidad en donde no están los del "este del este" y asisten en su lugar muchos chicos de clase media y baja, en ellos el punto común de quererse ir es inevitable. No lo dicen con las palabras y tono de los chicos del video pero igual lo quieren, me imagino por aquello de que en sólo un semestre más de 10 chicas fueron agredidas en la universidad, y no cuento los datos de hermanos, novios y demás allegados muertos en manos de la sensación de violencia.

El asunto del documental (aunque preferiría llamarle video de panas) es que pone de manifiesto el asunto de las constantes despedidas de muchachitos que ocurren en Caracas todos los fines de semana y las ganas de irse de los que se quedan.

El lenguaje, la ilación y sectorización de ideas en el este de la ciudad del asunto son meramente criticables si se quiere hablar de un documental, pero los criticones no se fijan en algo: ese el único mundo que conocen los creadores del video, que de paso lo hacen para su círculo que es el único que existe en su conciencia plena aunque reconozcan que existen otros muy cerca físicamente pero extremadamente lejos en convivencia, que de paso son unos chicos que no conocen mundo pero que se lo quieren comer a como de lugar y su país no se los permite. Hay frases celebres del video como la que origino el hashtag que lo colocó como TT muchas horas "me iría demasiado", resulta que la palabra demasiado es en extremo usada por esos chamos y la frase pega totalmente con su léxico poco corregido en donde sea y por quienes sean los responsables de hacerlo.

Me impresiona en especial que hablan muy lento y no concretan nada, pues a los que los tachan como imbéciles del este les cuento que todos los de esa generación parecieran sufrir del mismo problema.

A la niña que se queja del salvajismo para hacer una cola y de los aplausos del avión le comento que no sólo los venezolanos son así, en Suiza (capital de la perfección según los chismes) no hay un ser que no se colee y los españoles aplauden con todo los aterrizajes (dice la leyenda que es el modo de felicitar a los pilotos por su gestión) pero bueno a la niña eso le da pena.... falta de cultura y de mundo pensaríamos los que hemos vivido un poco más, pero esa es su realidad y lo asimila como una conducta nacional.

En fin como documental es perfectamente destruible pero como lo que es: un video de panas, realizados por los miembros de una burbuja que el mayor tendrá 22 años siacaso, es aceptable: plasma su realidad y desde acá le sugiero a los criticadores que se hagan el suyo de su burbuja y con su lenguaje, a ver si nos unimos en construir y no en destruir.



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