viernes, 30 de septiembre de 2011

la dramática

Descubrí que varias personas me califican de dramática, exagerada y cosas por el estilo. ¿Tienen razón? ¡si!, ¿es negativo? Para ellos sí, y no es su responsabilidad, porque en nuestra sociedad vivir sin máscaras es un tabú, o algo tácitamente prohibido. En esta vida si alguien llora en exceso su dolor, es un dramático, pero si se lo traga es un duro, es admirable su entereza y compostura. Y yo no sólo lloro sino también grito mi dolor. Por acá también el que expresa a su máxima potencia la alegría es un gritón, exagerado o en términos elegantes “un tanto expresivo” y, yo soy “un tanto –bastante- expresiva” y de paso “kinestésica” como algunos han denominado a la capacidad de usar todo el cuerpo para manifestar emociones.

¿Soy molesta? Seguramente para muchos debo serlo. Pero no pienso cambiar. ¿Pero por qué la rebeldía social? Es simple, les cuento:

Cuando no decía lo que pensaba y sentía: se me caían los dientes;

Cuando odié mi trabajo y no lo expresaba a todo pulmón, terminé asfixiada y operada de todo un poco en la nariz y garganta para lograr respirar.

Porque también las veces que no lloré a todo pulmón mis dolores y temores terminé con jaquecas y en una emergencia con medio cuerpo paralizado.

Hoy más que nunca soy “expresiva”, “exagerada” y “gritona” y todo lo que molestamente me señalen, porque ser así me ha hecho más sana y definitivamente más feliz.

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